matanza ballenas piloto feroe 2La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya ordenó a Japón poner fin a la cacería de ballenas en la Antártida, actividad que realizaba estafando a la comunidad internacional, pues simulaba una actividad científica.

 Como se sabe, las actividades con fines científicas son las únicas permitidas para el ingreso de delegaciones de países en la Antártida, hecho que había sido aprovechado por Japón para engañar, pues en realidad no realizaba

investigación científica, sino cacería de ballenas con fines comerciales.

El fallo dispone que Japón revoque todos los permisos, autorizaciones y licencias concedidos en el marco de Jarpa II (el programa de investigación) y abstenerse de conceder cualquier nuevo permiso en virtud de este programa.

El fallo se difunde después de que los jueces encargados del caso estimaron que los permisos concedidos a Japón desde 1987 "no se ajustan a las provisiones contenidas en el artículo VIII" de la Convención Internacional para la

Reglamentación de la Caza de Ballena (ICRW).

La sentencia responde a una apelación de Australia, que en 2010 denunció que Japón efectuaba caza a escala comercial encubierta en un programa de investigación.

Según el Gobierno de Canberra, Japón cazó más de 10 mil ballenas entre 1987 y 2009.

Los japoneses aducen que la caza de ballenas es una tradición ancestral y no niega que la carne de las ballenas cazadas acaba vendiéndose en los mercados nipones.

Sorprende que una tradición ancestral sangrienta quieran imponerla con impunidad por todo el mundo.