Piratas y piratas

Por Xavier Caño Tamayo*

 
Los piratas están de moda. Países ricos y asociaciones de derechos de autor han lanzado una intensa campaña contra el pirateo de películas y canciones; filmes y éxitos musicales que se copian bajo mano y se venden ilegalmente con pingües beneficios. También otros piratas, éstos somalíes y armados con Kalashnikov, atacan, abordan y secuestran barcos en el océano Índico para exigir cuantiosos rescates. Los gobiernos han enviado sus buques de guerra para hacer frente a los piratas y evitar sus abordajes.

Vuelve la tensión al Cáucaso

Por Alberto Piris*

Cerca de la capital georgiana, Tiflis, se encuentra la base militar de Vaziani, que hasta mediados del año 2001 albergó unidades militares soviéticas, herencia de los años en que Georgia fue una república constitutiva de la URSS. Fue devuelta al Gobierno georgiano, que en ella instaló algunas unidades militares.

Síndrome de Potemkin

.........................Indigentes en Fresno, California
Por Carlos Miguélez Monroy*

La obsesión por la seguridad determina la configuración de ciudades con guetos, utilizados como instrumentos para garantizar esa “seguridad”. Así sucede en Roma, donde el alcalde promueve la construcción de tres campamentos gitanos con capacidad para 400 personas cada uno, lejos del centro urbano. La operación, que costará cerca de 30 millones de dólares, incluye la evacuación de seis asentamientos, aunque no se ha resuelto la reubicación de las personas que vivían ahí.

Trabajo infantil sin explotación



Por Ana Muñoz Álvarez*

Niños que trabajan en televisión, niños recogepelotas en los partidos de tenis, niños modelos para grandes marcas, niños que reparten periódicos o que cortan el césped a los vecinos en verano… Niños que trabajan. Al igual que los niños que trabajan en campos o comercios en países empobrecidos del Sur para poder comer.

Crímenes impunes

Por Carlos Taibo*

Los euroburócratas, quienes mangonean la enorme estructura que dirigen y controlan veintisiete países de Europa desde Bruselas, pretenden que los beneficios de la economía criminal organizada se incluyan en la contabilidad de la Unión Europea (UE). De no hacerse —dicen— se distorsionan indicadores económicos como el producto interior bruto o la tasa de paro. Pero nadie propone cómo, a partir del conocimiento de esos datos criminales, se pueden redoblar esfuerzos para localizar, procesar, juzgar y condenar a los responsables del crimen organizado.