En un reciente estudio, los científicos del Centro de Envejecimiento y Epidemiología Cognitiva de la Universidad de Edimburgo probaron que determinados factores pueden afectar a la salud cerebral de los pacientes.

Así, los investigadores determinaron que la obesidad, fumar, una alta presión arterial y la diabetes están relacionados con una peor salud cerebral. Lo que es más, todos estos factores de riesgo vascular impactan en las áreas cerebrales responsables de las funciones cognitivas complejas.

De hecho, quedan afectadas las mismas áreas cerebrales en los pacientes que padecen de la enfermedad de Alzheimer y la demencia.

Para determinarlo se estudiaron las resonancias magnéticas de 9.772 personas que fueron escaneadas con el mismo aparato. Por lo cual, fue el estudio más exhaustivo jamás realizado con un mismo aparato de resonancia magnética para investigar los riesgos vasculares y el daño estructural del encéfalo.

Los investigadores estudiaron las correlaciones entre los diferentes factores de riesgo y los daños cerebrales que se observaron en las resonancias magnéticas. De tal modo determinaron que fumar, la obesidad, la alta presión arterial y la diabetes tienen una relación directa con el encogimiento del cerebro.

Lo que es más, cuantos más riesgos compaginaba el paciente, tanto mayor era el impacto sobre su cerebro. En particular, se observó una menor cantidad de la materia gris —que se encuentra principalmente sobre la superficie del encéfalo— y una peor condición de la materia blanca —que se encuentra en las partes profundas del cerebro—.

Estos daños se observaban en todos los grupos de edad y según destacó el autor principal del estudio, Simon Cox, estos daños no estaban distribuidos por todo el cerebro, sino que estaban concentrados en las áreas responsables de la cognición avanzada.

El científico también señaló que prácticamente todos los factores de riesgo no están genéticamente programados y se pueden prevenir al cambiar los hábitos de vida, razón por la cual uno puede mejorar la salud de su cerebro voluntariamente.

Además, Cox indicó que cuanto antes uno comience a cuidar su salud vascular, tanto mayor impacto tendrá sobre el estado de su cerebro. 
Dicho estudio presenta ciertas limitaciones metodológicas a tener en cuenta. Una de las principales consiste en el hecho de que solo fueron estudiadas las imágenes y no se hicieron pruebas funcionales para determinar que dichos daños realmente afectan al rendimiento cognitivo de los pacientes.

 

Sputniknews, 12.03.2019