Metropolitano: monumento a la incapacidad, al mal gusto…


… ¿y a la corrupción?

Luis Castañeda Lossio, alcalde provincial de Lima, viene burlando una y otra vez a la ciudadanía desde el 2006 con la inauguración del Metropolitano, el proyecto más costoso de Lima.


Proyecto

Pese a lo exorbitante de los gastos y la bien pagada burocracia, este proyecto comienza pésimamente planificado. Realizaron trazos en su mente y los plasmaron en los planos sin tener en cuenta detalles como postes de alumbrado público y otros, tal vez por incapacidad, pero podría ser por un premeditado plan de tener excusas para aumentar los costos.

Todos los plazos, replazos y recontraplazos del proyecto son una burla: 2006, 2008, 2009, enero del 2010, 15 de abril de 2010, pero no vemos la inauguración hasta hoy. Incluso hasta ocurrió un sospechoso incidente de balas, que más parece autoprovocado (ver Ataque contra El Metropolitano. ¿a quién le interesa?).

Este 15 de abril lo único que se vio fue el paseo de buses sin pasajeros. ¿Son tan incapaces los choferes contratados que necesitan tantos ensayos en una vía recta? ¿Por qué se derrocha gastos de personal y combustible en estos ensayos?

Para colmo, y pese al aumento del presupuesto, el proyecto original, que contemplaba una extensión hasta Comas, ha sido recortado, no llega hasta ese punto.

Incapacidad


El Metropolitano no es la construcción de una carretera ni de una autopista. En la mayor parte de su trayecto, es el aprovechamiento de la Vía Expresa que  se construyó hace décadas en sólo dos años. Ahora viene un incapaz a decirnos que construir paraderos y obras conexas en esa vía, como es el Metropolitano, demanda más del doble de tiempo.

Ornato


Castañeda, como ya se ha dicho varias veces, parece odiar a Lima. Con el indudable propósito de utilización de lugar de propaganda, los paraderos son un golpe a la vista, espantosos y demasiado grandes, en especial, aquellos que se encuentran sobre el nivel de la pista —no los subterráneos del zanjón— pues ofenden todo sentido de armonía arquitectónica. En el centro de Lima resultan ya un insulto a la ciudad, no dejan ver de un lado a otro de la pista, son sencillamente horribles.

¿Corrupción?

Los incondicionales que defienden a Castañeda dicen que esta obra fue auditada por la Contraloría varias veces, lo cual es una gran mentira, pues este proyecto utilizó la puerta abierta a la corrupción que constituyen las licitaciones a través de los órganos de la ONU o el BID, pues los peruanos, mediante nuestra Contraloría, estamos impedidos de auditar estas cuentas. Definitivamente, un gobierno honesto debería anular este tipo de opciones, pues no sólo incentivan la corrupción, sino que implican más gasto, pues los burócratas del a ONU e el BID cobran un porcentaje de los millonarios costos.

En todo momento, incluso a regidores, Castañeda se ha negado entregar detalle de los gastos, todo lo que ha presentado son cifras globales. No se sabe cuánto costó el cemento, el diseño, la mano de obra, etc.

Castañeda es campeón del oscuro ocultamiento de cuentas. Cuando, durante el fujimontesinismo, fue Presidente Ejecutivo de Essalud (entonces se llamaba IPSS), nunca entregó balances, para el la transparencia y el respeto a la ciudadanía no existe. Probablemente tiene mucho que esconder, por eso prefiere la oscuridad, no las cuentas claras.

De un presupuesto inicial de 400 millones de soles, este elefante pasó a costar más de mil millones.

Costo-beneficio


Siendo el proyecto más caro, es trágico que no solucione el caos de transporte en Lima, del cual él es uno de los principales responsables.; sólo servirá para una sollución del 5% de los problemas Este alcalde que más parece de una aldea que de una capital de país, no quiere saber nada con la planificación y permite que en nuestra provincia se construya criminalmente edificios de viviendas que generan necesidades de tráfico para vías que no están diseñadas para tantos habitantes. Claro está, coculpables son también —además de los alcaldes distritales— los presidentes de turno, que en lugar de promover la construcción en fronteras y provincias, optan por el hacinamiento malsano en Lima.

En la actualidad un trabajador pierde valiosas horas en desplazarse a laborar. En zonas como San Isidro, Surco o Miraflores hay tanto caos que transitar de un distrito a otro puede tomar más de una hora en horas punta, de modo que si son varios los distritos que se debe atravesar, ir o venir del trabajo puede tomar dos o tres horas, preciado tiempo que se arrebata a los trabajadores y a sus familias, lo que significa caos familiar y social, se está promoviendo el crecimiento de una sociedad enferma.

Esperemos que la gente entienda lo que significó Castañeda Lossio para Lima y el Perú y lo castigue negándole su voto en sus próximas pretensiones de ser Presidente de la República.