En general, la opinión pública, debidamente condicionada por malas experiencias y por la continua influencia de medios de comunicación corruptos, tiene una actitud de escepticismo y resignación frente a la conducta de los políticos.

Para describir la situación de políticos y gobernantes peruanos, entre los ciudadanos son comunes expresiones como “Vendidos”, “Sinvergüenzas”, “Roba pero hace obra”, “Rateros”, “Comechados”, “Sirvientes de Chile”, "Corruptos", “Haraganes”, “Tránsfugas”, “Mantenidos”, “Traidores”, “Otorongos”, “Coimeros”, etc. Estas palabras expresan decepción e indignación, y el pueblo las aplica por lo menos al 95% de los políticos (ministros de estado, congresistas, presidente de la república, burócratas dorados de Sunat o Banco Central de Reserva, etc.).

¿Por qué?

Uno tendría que preguntarse por qué la gente es tan crítica de los políticos peruanos, por qué los tiene en tan bajo concepto. Parte de la explicación está en el sistema político que surge de la podrida y vigente Constitución de 1993 que prepararon Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, la cual se presta precisamente para que ocurran todas las traiciones y corrupciones de los políticos. Según las normas de la Constitución del mencionado par de ladrones, el candidato elegido para un cargo no tiene la obligación de cumplir lo que promete en campaña electoral ni está obligado a rendir cuentas a sus electores; eso es lo que se ve en la realidad.

El resultado conocido es que en la campaña electoral un candidato ofrece una cosa, y cuando es electo hace otra1. Ejemplos:

Se decía: a) “TLC2 con Chile es traición a la patria”, b) “No se exportará ni una molécula del gas peruano”, c) “Primero el agua que el oro”, d) “Defenderemos la integridad territorial del Perú"; en la práctica, hoy: a) se aplica el TLC con Chile pese a que el Tribunal Constitucional señaló dos graves deficiencias que lo hacen inconstitucional y que nadie se ha tomado el trabajo de corregir; c) en Cuzco y Cajamarca la fuerza armada mata a peruanos que defienden el medio ambiente ante la destrucción que impone la minería; d) se entrega a Chile el Triángulo de Tacna.

Se puede citar muchos más casos, pero basta con lo mencionado; todos sabemos lo que está pasando.

Cucarachas chilenas en acción

Un aspecto importantísimo de esta corrupción y traición política es la influencia que los rateros chilenos tienen en el destino del Perú. Habiendo sobornado a diestra y siniestra a políticos, periodistas, militares y diplomáticos, hace años que Chile cosecha los frutos de su inversión en el cohecho a malos peruanos.

Para que las cosas sean así, Chile aprovechó que en 1990 llegó a la presidencia del Perú el ciudadano japonés Alberto Fujimori, quien no tuvo ni tiene ninguna raíz espiritual y social que lo identifique como peruano respetuoso de nuestra historia (es memorable su declaración de que él no admiraba a ningún personaje de la historia del Perú). Por esta razón Alberto Fujimori no tuvo el menor escrúpulo de abrir de par en par las puertas del Perú a los peligrosos inversionistas chilenos. Para asegurarse de que la subordinación del Perú a Chile se diese en sectores estratégicos, una de las primeras cosas que hizo el japonés corrupto fue liquidar lo que quedaba de la marina mercante del Perú y facilitar el ingreso de empresas navieras chilenas, con la seguridad de que otros presidentes corruptos y traidores mantendrían invariable la situación de vulnerabilidad estratégica.

Entenderemos la influencia de Chile en la política del Perú observando lo que ocurre en los EE. UU., país en el que nadie puede ser candidato a la presidencia del país o al Congreso si no expresa pública sujeción a Israel. Quien desea participar en la política de ese gran país y no se somete a los dictados de los grupos de presión israelíes es hostilizado, calumniado o ignorado, todo lo cual es posible porque los grupos proisraelíes tienen en EE. UU. el dominio en los medios de comunicación (principalmente prensa escrita y televisión).

De modo similar, en el Perú es dificilísimo que un candidato a la presidencia de la república o al Congreso tenga éxito si no se somete al mandato de Chile. Sin excepción, cualquier candidato que intente defender los intereses del Perú o plantear que nos desarrollemos sin cargar con el parasitismo chileno es hostilizado o ignorado por los políticos coimeros, periodistas venales y comunicadores o comentaristas políticos a sueldo de Chile. Además, como resultado de esta predisposición cultivada por Chile, se ha prohibido que sean tema de análisis los asuntos geopolíticos de la relación Perú-Chile; simplemente, eso no existe ni en el periodismo ni en el debate político. En consecuencia, al no ser esto tema de análisis, el candidato no se compromete a nada; o, mejor, se compromete a colaborar con Chile de manera silenciosa pero eficiente.

La alineación prochilena de los políticos peruanos viene de algo más de 20 años, de manera que en las elecciones anteriores (2006), todas las funciones del circo ya estaban en control de Chile. En ese momento, para los políticos ya instalados en el sistema, la amenaza era Ollanta Humala, pero finalmente de todas maneras entró a la colada (“en casa del jabonero el que no cae resbala”). Como al comienzo de la campaña no estaba claro si Chile había untado a todos los candidatos, entre estos hubo intercambio de acusaciones, críticas, etc., que en determinado momento exacerbó los ánimos. Los políticos de antigua coima chilena se resintieron de los ataques de Ollanta Humala, que aparentemente tenía planteamientos nacionalistas; entonces lo acusaron de recibir dinero y otra ayuda ilegal para su campaña.

La fiesta acaba y viene la resaca

Cuando ya se conoció el resultado y salió electo Alan García, otros coimeros siguieron ocupándose del derrotado Ollanta Humala. Las elecciones se realizaron en abril de 2006 y en julio de ese año Alan García tomó el poder residual que le dejaba Chile. En febrero de 2007 continuaban las acusaciones contra Humala y los medios de comunicación informaban. Así el 13-02-2007 Agencia Perú en el artículo “¿Simple lobby? Gildemeister también prestó una Hyundai Tucson a Ollanta Humala”daba a conocer lo siguiente: “Agenciaperu.com ha rescatado de sus archivos algunas imágenes que retratan las maniobras de la ahora cuestionada empresa Automotores Gildemeister (los mismos que vendieron patrulleros sobrevaluados al Ministerio del Interior), en su intento por aproximarse [a quienes] podían llegar a tener una situación privilegiada en el gobierno”.

Notemos que Andina destaca el interés de la empresa chilena Gildemeister3de hacer favores a quienes “podían llegar a tener una situación privilegiada en el gobierno”; esto es, no apoyaban a un solo candidato sino a todos los que tenían opción de llegar a la segunda vuelta en elecciones presidenciales o al Congreso (instancia muy importante para Chile). La nota entra en más detalles, enfila la puntería hacia una persona: “Durante la campaña electoral, cuando muchos pensaban que Ollanta Humala podía salir electo presidente de la República, Automotriz Gildemeister prestó al líder nacionalista una camioneta Huyndai Tucson para su uso personal” (en realidad, fueron dos, no una).

Aunque los enunciados nacionalistas de Ollanta Humala eran débiles, así y todo parecían pecado o blasfemia contra Chile, y entonces los políticos beneficiados por el soborno chileno continuaron ocupándose del caso. El Comercio de 22-02-2007, bajo el título “UPP recibiría millonaria sanción de haber ocultado donaciones Ollanta Humala”, señala: “Costosa sería la multa al partido Unión por el Perú (UPP) si se demuestra que su ex candidato presidencial, Ollanta Humala Tasso, recibió 200 mil dólares y dos camionetas 4x4 del consorcio Gildemeister sin registrarlos en el informe de donaciones remitido a la Oficina de Supervisión de Fondos Partidarios de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), durante la pasada campaña presidencial”.

Como ante los ataques había que defenderse, el acusado y ajochado excandidato respondió. Se lee en el artículo de El Comercio: Humala solicitó que la empresa Gildemeister detallara los aportes hechos a las distintas agrupaciones que participaron en las elecciones del 2006”. Esta réplica, que no negaba los hechos, tuvo la virtud de frenar las acusaciones; no se volvió a tocar el tema porque todos los otros candidatos, por lo menos los acusadores, también estaban untados, pringados, aceitados.

Untuosidad de amplio espectro

Ningún inversionista corruptor puede arriesgarse a que sus operaciones fallen, por ser muy mezquinos o muy limitados o parciales en sus apreciaciones. Se imponen la generosidad en el cohecho y el buen criterio en la apreciación de cómo funciona toda la cosa. De nada serviría asegurarse la lealtad incondicional de quienes están a la cabeza si al mismo tiempo hay gente que puede llevarles la contraria o fiscalizarlos, lo cual estropearía el negocio. Consecuentemente, Chile garrapata también ha trabajado para evitar que el Congreso peruano le dé malas sorpresas.

El resultado de la inversión chilena está a la vista: en general el Congreso se abstiene religiosamente de tocar cualquier asunto que se refiera a Chile; y si lo hace, siempre, por agradecimiento, evita irritar al dadivoso vecino. El interés específico de Chile en el Congreso peruano se centra especialmente en Comercio Exterior, Relaciones Exteriores y Defensa y Orden Interno. Los frutos son los siguientes, que demuestran que en vez de fiscalización hay complicidad con el enemigo:

—Aplicar el ilegal TLC con Chile y uncir al Perú a la chilenísima Alianza del Pacífico4 que sirve a los intereses de Chile de utilizar al Perú como plataforma y peón para desarrollarse (Chile) al margen de los bloques económicos que detesta y sabotea: la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).

—Entregar a supervisión chilena el control del régimen de pesca del mar peruano5.

—Tolerar la política de cielos abiertos que favorece a Lan (Latam).

—Asumir la posición chilena de que lo que se ventila en La Haya es un “diferendo” (interpretaciones opuestas sobre un tema) y no la apropiación armada chilena6 de más de 37 000 m2 de tierra tacneña y 36 000 km2 de mar territorial peruano, que debe responderse con denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU y con acción armada de desalojo. El Congreso peruano está totalmente de acuerdo con que Chile siga en posesión de esa parte de nuestro territorio.

—Encubrir a los autores de la entrega de tierra y mar de Tacna. Los peruanos no sabemos —ni el Congreso permite que sepamos— si Chile está allí porque derrotó al Ejército Peruano y a la Marina de Guerra del Perú, o porque traidoramente les dejaron tomar posesión de esa parte de nuestra soberanía.

—Permitir y facilitar que en la fuerza armada se siga postergando la adquisición de armas y otro equipo, situación a la que se llega mediante la preparación de informes o requerimientos sospechosamente parcializados o contradictorios, que postergan por tiempo indefinido las adquisiciones del Perú mientras Chile se arma como le da la gana.

Aquí tenemos las manifestaciones concretas —los silencios y las acciones— que explican cómo el Congreso abdica de su función de fiscalizar y defender los intereses del Perú y colabora con el enemigo chileno en la empresa de convertir al Perú en la colonia del norte de Chile, el país de los imbéciles y traidores que liberan a Chile de su aislamiento dándole salida al norte7 y subordinando la economía del Perú a Chile8 mientras este país nos parasita y comete toda clase de atropellos contra nuestra patria.

 

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1 Leer Traidores de alto vuelo: “¡Cómo has cambiado, pelona, / cisco de carbonería…!”, Ser elegido con la izquierda para gobernar con la derecha y Ollanta: costos de la metamorfosis.

2 Leer Texto de la sentencia del TC sobre el TLC con Chiley Ollanta Humala: TLC con Chile es traición a la patria.

3 Como vemos, toda empresa chilena en el Perú cumple una función política, económica y estratégica.

4 Leer Error geopolítico: Alianza del Pacífico, trampa chilena para colonizar el Perú, Perú carga con los problemas de Chile en perjudicial Alianza del Pacífico y Paraguay: el más caro revés político de EE.UU. en Suramérica.

Leer Vergonzosa claudicación del gobierno: Chile pasa a controlar el mar peruano y bloquea investigación científica del Perú.

Leer Tacneños confirman que Ollanta Humala y militares ceden territorio peruano a Chile,

7 Leer Lumpen periférico: Chile al acecho.

8 Leer Chilenos felices: Humala no denuncia en Europa la invasión chilena del Triángulo de Tacna.

 

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