Rocío Ferrel
Una semana agitada terminó y ya nos deja constatar el comportamiento del gobierno morado del presidente Francisco Sagasti y de la prensa frente a hechos similares, pues existe un claro doble discurso.
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Cuando hubo dos muertos en las protestas contra el gobierno de Manuel Merino todos se rasgaron las vestiduras. No se trata de minimizar la muerte, es una desgracia la muerte de un ser humano, pero lo que llama la atención es cómo se trata de forma diferente a los peruanos, pues en las muertes del 14 de noviembre tenemos:
- Amplios titulares en los medios impresos y por internet
- Vasta información televisiva y radial condenando los hechos
- La prensa hasta colgó un listón negro de duelo en sus diarios
- Incluso por televisión el listón negro estaba de forma permanente en las pantallas de varios canales
- El gobierno morado declaró héroes a los dos jóvenes fallecidos
- Los familiares fueron visitados por las autoridades del gobierno e incluso fueron invitados a la asunción de mando y conversaron con el Presidente.
- Se destacó el valor de los jóvenes en las marchas
En cambio, con la muerte de dos jóvenes por el paro agrario, uno trabajador y otro joven que pereció arrollado y no pudo ser atendido debidamente, tenemos:
- Mínima información de la prensa
- Los canales informan de forma limitada sobre los fallecimientos
- No vemos por los canales a ningún ministro visitando a los familiares, ni siquiera funcionarios acompañando a las diligencias de la morgue
- Para el presidente Sagasti no existen, apenas menciona que se investigará
- No hay mención de declarar héroes de la lucha por los derechos de los trabajadores, ni del gobierno ni de los medios.
- No hay mención a la juventud de por lo menos este joven.
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| El célebre lazo negro estaba día y noche en la gran prensa |
Así vemos el doble discurso. En el primer caso los morados están agradecidos por el hecho de que se beneficiaron con la lucha de las marchas, pues entraron al poder. Guzmán, Lizárraga y Susel Paredes azuzaron la protesta y desaparecieron de los puntos de fricción diaria de la Policía con los manifestantes, donde había heridos diarios. No les importó.
En el segundo caso ya saciados de poder no valoran del mismo modo a los jóvenes muertos, en especial al joven de 19 años, que era un trabajador agrario, ni se ven en el compromiso de asistir a su familia porque la gran prensa también los ha ignorado.
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