El discurso al Perú del Sr. Ollanta Humala, una vez más, no hizo alusión alguna al Ministerio de Ciencia y Tecnología, una promesa más ahora olvidada y que le valió el apoyo electoral de la comunidad científica en el 2011.

Como lo hicimos el 28 de julio del 2011, debemos insistir en la necesidad de la Ciencia y Tecnología para el Perú y su salto cualitativo en el siglo XXI. Sin aporte científico y tecnológico, nuestra economía no tiene el valor agregado necesario que le permita competir globalmente en oferta de productos y nuevos destinos para nuestras exportaciones. No habiendo seguido este camino, de nada le servirá al Perú haber firmado tratados de libre comercio o tener una posición estratégica en América del Sur, ya que seguiremos siendo receptores de las importaciones del mundo, poniendo en peligro nuestro mercado interno y capacidad de innovación. Así mismo, necesitamos darle valor agregado a nuestra economía para competir ventajosamente en una economía global basada en el conocimiento, generando nuevos empleos con mejor remuneración para nu! estros jóvenes, incrementando su nivel de vida.

El actual crecimiento económico conlleva también mayores ingresos públicos y una mayor capacidad del Estado para invertir en Ciencia y Tecnología, en Investigación y Desarrollo (I+D), apoyar a empresas innovadoras, apoyar la base tecnológica de las PYMEs o destinar más recursos a universidades de alto rendimiento tecnológico.

La institucionalidad necesaria se puede lograr a través de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, cuyo objetivo principal sea la articulación científica de los sectores público, privado y universidades, promoviendo la transferencia de tecnología hacia el Perú.

Esta política de Estado es estratégicamente necesaria ya que el dinamismo que podemos tener como país eminentemente exportador de recursos naturales puede decrecer debido a otros destinos que los capitales de inversión podrían priorizar, o al freno en las exportaciones debido a que los mercados internacionales necesitarían menos de nuestros recursos.

El silencio del Sr. Ollanta Humala indica de manera inequívoca que vamos a continuar con la cultura acientífica que ha caracterizado los anteriores gobiernos. En este camino, hablar de inclusión social es palabra vana ya que mantendrá a nuestro país en el asistencialismo y la pobreza; sin mayor avance social y sin una estrategia de desarrollo sostenido integral.

 

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