Magia: Nada por aquí, nada por allá,
Un robo por aquí, una cortina de humo por allá
Por licenciado Olger Melgarejo Rodríguez
Al analizar una llamada cortina de humo siempre encontraremos tras ella a un personaje ligado a la política, hábil en el manejo del arte escénico, de la palabra y sumamente proclive a convocar periodistas que tienen precio. La cortina de humo, como anuncio novedoso, es recogida por los medios de comunicación para ocultar la crisis en que están inmersos los actores políticos: por ejemplo, el cuestionamiento de la ausencia de un plan de gobierno en los primeros cien días de la gestión aprista motivó al fabricante de las cortinas de humo anunciar la posibilidad de aplicar la pena de muerte (cortina de humo); ésta fue tomada y difundida con bombos y platillos por la prensa asalariada. ¿Qué ocurrió después? El pueblo se distrajo con la información nueva y perdió de vista los problemas que el gobierno deseaba tapar; y por supuesto que el cuento sobre la pena de muerte se utilizó sólo el tiempo necesario para distraer la atención. Los medios de prensa se prestaron al propósito de inflar mediáticamente algo en lo cual no creía ni el mismo personaje que lo preconizaba (Alan García). Entonces, cabría una reflexión: ¿los periodistas y el gobierno conforman una sociedad delictiva en estos casos?