Una manada de delfines salvó a un nadador del ataque de un tiburón en el Estrecho de Cook, Nueva Zelanda.
Foto: Adam Walker
El nadador, Adam Walker, de origen británico se había internado mar adentro por su deseo de toparse con delfines. Los hechos ocurrieron en 2014, pero el protagonista narra su historia ahora en Facebook.
Un amigo le había dicho que no tenía que preocuparse por los tiburones en el área, pero de pronto, cuando las aguas estaban bastante movidas, lo acechó un tiburón blanco.
Entonces estaba asustado por la presencia del escualo, cuando de pronto una manada de delfines apareció y comenzó a nadar a alrededor de él en círculos.
No sabe cómo los delfines percibieron el peligro con el tiburón, pero allí estaban. “Un sueño hecho realidad nadando con delfines durante una hora... ¡nadar en aguas abiertas no hay nada mejor que esto!”, escribió en la red social. “Me gustaría pensar que me estaban protegiendo y guiando a casa. Este baño se quedará conmigo para siempre”, agregó.
Admitió que ni siquiera había notado al enorme tiburón mientras estaba en el agua y solo se dio cuenta cuando salió.
Walker dijo al Marlborough Express que no estaba muy contento con su amigo después de jugar a los dados con la muerte.
Los delfines a menudo son el objetivo de los tiburones en el océano y logran protegerse en grupo. A veces repelen los ataques de los tiburones empujándolos con su hocico, pinchando su vientre o branquias.
“Los delfines pueden proteger a los miembros vulnerables de sus manadas y familias extendidas, como delfines jóvenes y delfines heridos o enfermos”, dijo un experto a dicho diario.
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