camisea Demostrando que carece de cualidades de estadista, el presidente Ollanta Humala continúa el contumaz y traidor planteamiento de exportar nuestro gas, pese a la advertencia de economistas, ingenieros y políticos que demandan pensar en el desarrollo del Perú.

Países que pueden permitirse la exportación de gas son por ejemplo Rusia y Venezuela, pues sus reservas probadas garantizan el consumo interno y su exportación por 200 años. Adicionalmente, son productores de petróleo. En cambio, las reservas probadas del Perú no alcanzan ni para 20 años.

Burlándose de los peruanos, habló de ampliar la distribución de gas natural a las familias peruanas, cuando la licitación de instalación de conexiones no se compara siquiera al número de las instaladas por un país tan o menos desarrollado como el Perú, Colombia, pues en ese país se instalaron cinco millones de conexiones en cinco años, mientras que el gobierno humalista licitó algo más de 100 mil conexiones hasta el término de su mandato de cinco años.

“El Gobierno está decidido a expandir su política de gas barato para las familias del país. Está en marcha una política de desarrollo energético y de generación de polos económicos en las regiones”, dijo Humala y señaló que el Ministerio de Energía y Minas solicitó mayor rapidez a la empresa que ve el tema de la conectividad, al considerar que se requieren más conexiones de gas para los hogares peruanos. ¿De qué sirve la rapidez si el número total es bajo?

Continuó proponiendo exportar nuestro gas, sabiendo lo pernicioso que es para el futuro desarrollo del Perú; así, dijo que lo exportaría a pueblos “hermanos” (con esta palabra se refiere exclusivamente a Chile, porque Ecuador y Bolivia no necesitan gas, son productores). Humala llama "hermanos" a los chilenos, históricos asesinos de peruanos que ni siquiera han pedido perdón por la rapiña de 1879. ¿Se deleita Ollanta Humala leyendo la historia, que nos informa de cómo los chilenos degollaban a los peruanos, los quemaban vivos y les destruían sus casas?

Al presidente Humala, que en su campaña electoral prometió poner el precio del balón de gas en S/. 12,00, más le interesa preocuparse del desarrollo de Chile quemando nuestro gas para venderles energía, que el propio desarrollo del Perú.

“Por eso estamos construyendo hidroenergía, termoeléctricas, energías renovables, de modo que ayude a consolidar una matriz energética sólida con visión de integración, abastecimiento del mercado nacional y mañana exportar a pueblos hermanos”, manifestó.

Anunció que a fines de este mes se lanzará la buena pro para la construcción de reservas frías de energía por más de 1,000 megavatios, a favor de Moquegua y Arequipa, en el sur, y mencionó la puesta en marcha de la central térmica Santo Domingo de los Olleros, en el distrito de Chilca.

Chantaje energético a los peruanos

Periodistas corruptos y empresarios ladrones vendidos a Chile ya están soltando la idea nefasta de que las plantas de electricidad que se construirían en el sur peruano solo serían rentables si producen un buen excedente para vender a Chile. Estos delincuentes de la comunicación y del empresariado, enceguecidos por la coima chilena, olvidan que la mayor disponibilidad de electricidad en la región sur del Perú incentivará la cración y el crecimiento de industrias manufactureras de todo tipo, aparte de que el consumo de nuestras localidades sureñas irá siempre en aumento; de manera que se debe construir esas centrales previendo el uso exclusivo para los peruanos, sin ninguna venta de electricidad a Chile.

No debemos guiarnos por las opiniones interesadas y aceitadas de comunicadores vendidos y de empresarios corruptos y saqueadores. Toda la electricidad para el Perú, nada para los enemigos chilenos que continúan usurpando las cuatro hectáreas de Tacna y los 36 000 km² de mar correspondientes.

Vigilancia

Estemos atentos para ver si la capacidad de esas centrales excede las necesidades de la región sur; si es así, el presidente Ollanta Humala estaría beneficiando a los chilenos perjudicando seriamente la economía de los peruanos —que al pagar el balón más caro de América Latina subsidiamos a Chile con nuestro empobrecimiento—, acortando el tiempo de disfrute del recurso energético y comprometiendo la seguridad nacional.

El presidente Ollanta Humala, al ceder a todas las exigencias de la victoriosa fuerza armada chilena, lo que incluye venderles electricidad, está llevando a extremos su conducta de comandante jefe de una fuerza armada en cuyo diccionario no est5á la palabra victoria. Que consulte al pueblo: ningún peruano quiere mantener a Chile ni resolverle sus problemas energéticos.