Salvar a las personas
Tras la caída del comunismo en los 90, se creía que serían abordados los graves problemas del mundo. Pero, contra toda esperanza, aumentaron desigualdad, pobreza, división, conflictos y violaciones de derechos humanos. El bloque capitalista vencedor (por abandono del contrario) organizó el mundo y la economía en beneficio de una minoría privilegiada. Más mercado y menos Estado; menos supervisión, menos normas; estratosféricos ingresos de directivos y ejecutivos; los bancos, cuanto más grandes, mejor; lo privado por encima de lo público; lo social, recortado… ¡El dios mercado lo arreglaría todo!