Por Capitán Eloy Villacrez

Antecedentes

Luego del triunfo nuestro en Tarapacá, al no tener las posibilidad de reiniciar las acciones para recuperar el litoral, el comando Peruano decidió retirarse hacia Arica-Tacna. Al inicio de 1880 se encontraban acantonados en esa área las fuerzas aliadas Perú-Bolivianas, acontecimientos políticos en Bolivia, determinaron la caída del Daza y su salida del gobierno. Luego la designación del General Narciso Campero como nuevo Presidente de Bolivia y su nombramiento como Comandante General de las fuerzas Aliadas, coincidiendo con el retiro de Mariano Ignacio Prado Presidente  del Perú hacia Lima.

lizardo montero

Contralmirante Peruano Lizardo Montero

Es, en esta circunstancias que el Comando Chileno decide iniciar acciones ofensivas sobre Tacna, para ese efecto desembarca en Ilo, e Ite un contingente de más 25 mil efectivos de las tres armas, iniciado una acción militar sobre Moquegua con una fuerza de 4 mil hombres con la finalidad de aislar a Tacna del resto del Perú, consigue su objetivo al tomar  esa ciudad luego de la Batalla de Los Ángeles.

El comando chileno asegura de esta manera su retaguardia y deciden atacar Tacna, pone en marcha a fines de abril de 1880 la totalidad de las fuerzas, aproximándose a 20 km de Tacna para mediados de mayo, alcanzando el sector de Quebrada Honda.

Advertido el Comando Aliado, decide sorprenderlos en ese lugar, circunstancias no previstas hacen que las unidades aliadas desplegadas para el ataque en la noche del 25 al 26 de mayo de 1880, no alcancen su objetivo, siendo lo peor que en ese desplazamiento perdieron la organización y la ventaja de la fortificación del terreno, puesto que el Comando Chileno al advertir esta situación inicia su acción frente al desconcierto de nuestras tropas.

La Batalla
La meseta que domina el Cerro Intiorco es adyacente a Tacna, y allí estaba el Puesto de Comando aliado bajo las órdenes de Narciso Campero, desplegadas las unidades en 3 agrupamientos, a la izquierda las fuerzas Bolivianas con el Crl (bo) Camacho al mando, apoyado por nuestra artillería al mando del Crl. (Pe) Panizo, al Centro el Crl.(Bo) Castro Pinto con tropas peruanas de apoyo, a la derecha al mando del Contralmirante Peruano Lizardo Montero, con los batallones  de Granaderos de Cusco y Lima contando con apoyo de fuerzas Bolivianas.

El Grl (ch) Baquedano, organiza el ataque en 5 agrupamientos, tres de ataque uno a la retaguardia y uno de reserva.

Las fuerzas aliadas luego del frustrado ataque sorpresa, tienen que restablecer la línea de combate, muchos de ellos fuera de sus posiciones, es así a las 07:00 h del 26 de mayo se inicia el ataque chileno, el Crl. Bo. Camacho recibe la primera embestida que la rechaza, pero cuesta la vida del Crl. Peruano Jacinto Mendoza, son más 4 horas que avances y retrocesos, Los coroneles Cáceres y Suarez demuestran valor y alta capacidad de conducción, en medio del fragor de la batalla, Cáceres tuvo que cambiar dos veces de caballo por quedar muertas sus acémilas en el campo de batalla. La batalla en los otros frentes fue totalmente encarnizada, duró hasta el momento en que las luces del día comenzaban a oscurecer, la realidad era que nuestras fuerzas agotadas por las casi doce horas combate y sin casi municiones, tuvieron que ir cediendo terreno.

Frente a ello Narciso Campero ordena a los aliados el reagrupamiento de las unidades en el camino de herraje que conduce a Tarata, en las alturas la zona denominada Ticaco, con la intención de organizar el contraataque, se repliegan casi 4000 hombre, de los cuales 3000 eran heridos e imposibilitados de combatir.

El Comando chileno alcanza Tacna y se dedican al pillaje y la barbarie contra nuestros ciudadanos, fue una orgía de sangre y muerte, con excesos de todo calibre, al punto que el comando chileno, perdió todo control y no pudo ejecutar lo que se conoce en la dialéctica castrense  “la explotación del éxito”, esto es perseguir al enemigo para neutralizarlo totalmente, se limitaron a fortificar Tacna con los elementos de reserva que aún podía comandar.

El resultado
Quedaron en el campo de batalla de los 22 mil chilenos, 8 mil cadáveres y 4 mil heridos; de  nuestras fuerzas, quedaron en el campo de batalla 5 mil y se retiraron 4 mil. La situación era de tal caos para los chilenos que no hubieran podido resistir una contraofensiva; lo que sucedió y mermó las posibilidades de ataque para nuestras fuerzas fue el retiro de las fuerzas bolivianas que tomaron el camino de Desaguadero y su retiro de la guerra.

Enseñanza
Con esta batalla terminó realmente la existencia del ejército de línea del Perú, sus mejores cuadros fueron diezmados. No quedó otro camino que la retirada hacia Puno, llevando miles de heridos en una marcha de sacrificio y dolor que no debemos olvidar. Si no queremos reeditar páginas de tanto dolor para nuestro pueblo, preparémonos para la guerra, que podría reeditarse muy pronto, luego de la Haya.

Gloria a nuestros guerreros y a nuestro pueblo
¡Viva el Perú!


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