No bajar la guardia
No bajar la guardia
Por Carlos Miguélez (*)
Quedan pocos supervivientes de aquellos que fueron infectados con el VIH a finales de los 80, cuando se descubrió la pandemia. El norteamericano John Holloway es uno de esos casos. Un cóctel de medicamentos le ha permitido alcanzar los 59 años de edad, aunque con síntomas de un envejecimiento que ni siquiera su padre de 84 años manifiesta: una enfermedad pulmonar crónica, diabetes, insuficiencia renal, una úlcera sangrante, una depresión severa y una rotura de cadera.