Ser nosotros mismos
Por José Carlos García Fajardo
Cuando la tecnología transformó a sus poseedores y se erigió en tecnocracia se consumó la separación entre sabiduría, ciencia y técnica con el absurdo dominio de ésta sobre las otras dos. El dominio de la ciencia sobre la sabiduría y las más profundas instancias del ser humano como la intuición, los sentimientos expresados por las convicciones que inspiraban sus tradiciones y sus formas religiosas, junto con el anhelo de armonía y de unidad, de justicia y de trascendencia, de búsqueda de la felicidad y de la verdad, concretada en el concepto de Bien supremo, supusieron un desarraigo, tan radical y profundo, que condujo a los hombres y a los pueblos a un vagar sin sentido con el único norte de la seguridad.