Una vez más, China, país del “cuento chino”
Diversos expertos en el Reino Unido y otros países apuntan a que China estaría contando al mundo un “cuento chino” y no revela la verdad completa sobre el número de infectados y fallecidos por la epidemia de coronavirus 2019-nCoV, superior al admitido por el gobierno dictarorial de ese país, y ahora los detalles sobre las cremaciones sugieren que tendrían razón, pues los muertos se contarían por miles.
Anciano, probablemente muerto, yace en medio de la epidemia en Wuhan
El número de muertes reportado públicamente va rumbo al millar, no obstante, la actividad de los 14 crematorios de Wuhan apunta a cifras preocupantes.
Un artículo publicado por Steven W. Mosher, presidente del Instituto de Investigación de Población, en el New York Post, revela que un gerente de uno de los crematorios le dijo a un periodista de Hong Kong que, en tiempos normales, sus 24 hornos estaban encendidos cinco días a la semana durante cuatro horas seguidas. Ahora tienen tantos cadáveres que todos los hornos funcionan las 24 horas, lo cual, usando simple aritmética, sugiere que la cifra es de miles.
Con la propagación de la epidemia en toda China, el Ministerio de Seguridad Pública, que controla todos los departamentos de policía del país, entró en acción. Una directiva del 28 de febrero ordenó a toda la policía en todo el país hacer “preparativos de guerra”.
La policía debe “mantener la estabilidad social” castigando “severamente” cualquier informe público o en línea sobre la propagación de la epidemia. También deben ayudar a “controlar la enfermedad” al hacer cumplir las órdenes de cuarentena y ayudar a acelerar la distribución de suministros médicos.
Estas políticas son compatibles en casos de catástrofes y el propio gobierno chino las ordena, demostrando que tienen conocimiento pleno de la gravedad, pero lo que dicen las autoridades sobre la epidemias sólo es minimizar y minimizar la situación siguiendo el secretismo del Partido Comunista, que castiga a aquellos que informan honestamente y con precisión sobre este desastre en desarrollo, pese a que la verdad ayudaría a la comunidad internacional a salvar vidas.
Un ejemplo es el del doctor Li Wenliang, de 34 años, murió a causa del coronavirus después de alertar semanas antes de que China admitiera que era una amenaza grave. Cuando Wenliang advirtió por primera vez a sus compañeros de la escuela de medicina sobre el brote el 30 de diciembre, la policía lo detuvo por “rumores” y fue reprimido.
En lugar de transparencia, los líderes del partido en todos los niveles se involucran en múltiples engaños. Atribuyen muchas muertes a otras causas, como la neumonía simple, y luego incineran los cuerpos antes de que se pueda realizar una autopsia. Limitan la cantidad de kits de prueba de coronavirus que los hospitales reciben cada día, reduciendo así la cantidad de “casos probados” que pueden diagnosticarse. Deliberadamente subestiman el número de muertes, mientras mantienen los hornos crematorios encendidos día y noche para destruir la evidencia de su engaño.
Ahora el alcance del desastre está llegando incluso en pronunciamientos oficiales. El 28 de enero, por ejemplo, las autoridades de Hubei anunciaron que estaban ofreciendo “cremación gratuita para los cadáveres de las víctimas de coronavirus”. Se están enviando vehículos, personal y equipo de protección a cada funeraria [en Wuhan] para mejorar la capacidad de transportar y lidiar con los cadáveres .
No sería el caso que “parece” que hay muchos cadáveres con los que “lidiar”, sino que realmente los hay. Eso explica también el hecho de que las autoridades han prohibido los funerales y ordenan la cremación inmediata. La única respuesta es para evitar que se acumulen los cadáveres, apunta Mosher.
Se sugiere que, como el mortal virus del SARS de 2004, el nuevo coronavirus escapó de un laboratorio de investigación en China. Pero si el virus en sí es el resultado del mal o la incompetencia, la epidemia en sí misma es una creación del Partido Comunista Chino, sostiene Mosher.
Si los líderes del partido no hubieran demorado en actuar durante semanas después de que aparecieran las primeras infecciones por coronavirus y si hubieran sido transparentes sobre el peligro que representaba para el pueblo chino, la epidemia probablemente ya estaría bajo control.
En cambio, las víctimas de la epidemia provocada por el hombre en Pekín están siendo incineradas en forma veloz, sin siquiera permitir una despedida a los familiares.
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Un vídeo muestra imágenes que parecen apocalípticas, con brigadas fumigando a pasajeros, un empleado desplomándose y tal vez muriendo, el traslado de difuntos, muertos yaciendo en las calles, personal asistiendo a desmayados, gente llevada a la fuerza a la cuarentena, brigadas sellando viviendas para que la gente sólo salga cada dos días a comprar alimentos, mendigos fumigados a la fuerza:
