Un grupo de israelíes se congregó el domingo frente a la casa del ministro de Asuntos Militares del régimen de Israel, Ehud Barak, en Tel Aviv, para protestar contra un posible ataque a Irán.

Los indignados israelíes, preocupados por un posible ataque israelí contra el país persa, llevan manifestándose las últimas tres semanas frente a las casa de Barak, para advertir de las consecuencias que podría conllevar un ataque a Irán.

El Gobierno de Estados Unidos transmitió un mensaje a Irán, a través de mediadores europeos, de que no apoyará un eventual ataque israelí contra sus bases nucleares, informa hoy el diario Yediot Aharonot [Últimas Noticias].

El periodista Shimón Shiffer, corresponsal diplomático de rotativo, asegura en su artículo que la Casa Blanca ha enviado en los últimos días un claro mensaje a Teherán a través de dos países europeos, que no menciona, de que si Israel decide atacar unilateralmente y sin coordinación previa, EE. UU.  no lo apoyará ni se dejará arrastrar a la guerra.

Por Pepe Escobar*

El análisis de varios expertos iraníes arroja nuevas luces y nuevas versiones sobre los complejos acontecimientos del Oriente Medio, diferentes de los que difunde la gran prensa occidental.

Ya que no existe la posibilidad de unirse al robot Curiosity en Marte, no hay dónde ocultarse de la histeria de “Bombardead Irán” que emana inexorablemente de Tel Aviv y de sus puestos avanzados en Washington. Ahora eso incluye a macheteros de tercera que sugieren que el presidente Barack Obama debería ir personalmente a Israel para calmar al dúo belicista Bibi-Barak [1].

Por José Steinsleger

En la ofensiva sionista contra los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y el Mercosur, a más de su presencia abierta o solapada en la Alianza del Pacífico —Colombia, Chile, Perú, México y los de América Central—, sobresalen varios hechos interconectados, a saber: