El cinismo de Wagnerallan wagner
por Herbert Mujica Rojas


Ayer, el ministro de Defensa, Allan Wagner, el que habla de seguridad cooperativa, gerencia por objetivos, la NUBE (ese gaseoso ridículo y palabrero que presume de ser la panacea en el sector), estuvo presente en la inauguración del Museo Andrés A. Cáceres. ¿Sabrá el señor de marras que el Batallón Zepita, uno de los más importantes que condujo el glorioso militar ayacuchano, fue decisivo en la batalla de Tarapacá el 27 de noviembre de 1879, fecha y efemérides que olvidó vergonzosamente de recordar y celebrar la semana pasada? ¿con qué cara, honor inexistente o decencia de algún tipo, pudo ser tan obvio el cinismo de Wagner?

Demolición histórica del Perú Allan wagner
por Herbert Mujica Rojas (*)

La semana pasada, ante la silenciosa y mediocre complicidad de casi todos los medios de comunicación, el Congreso, los partidos políticos, intelectuales y periodistas, en Perú se "olvidó" recordar la batalla de Tarapacá que en 1879 diera gloria, lustre, honor y vitalidad a los colores patrios en la guerra de invasión que Chile perpetró entonces. Con la excepción de Vicente Ugarte del Pino que publicó en La Razón un sentido homenaje a la efemérides, la impavidez fue casi unánime y así lo denunciamos en ¡Así se fabrica la amnesia colectiva!

Los sirvientes de Chile evitan resaltarla

Hoy recordamos un nuevo aniversario de la victoriosa batalla de Tarapacá, que tuvo lugar el 27 de noviembre de 1879. Para apreciar el significado de esta acción de armas debe tenerse en cuenta que tras el revés de San Francisco y ya sin la ayuda del ejército boliviano, las fuerzas del ejército peruano no tenían ni caballería ni artillería; eran puramente hombres de a pie que literalmente habían estado perdidos en el desierto.

Las contradicciones insalvables del veleidoso caudillo Simón Bolívar II
bolivarpor Félix C. Calderón

Uno de los problemas inherentes a la historiografía es el "presentismo"; esto es, siguiendo al filósofo de la historia Herbert Butterfield, el enorme riesgo de hacer historia sin dejar del todo el presente o de hacerlo en función de éste, lo que puede llevar a construir "una gigantesca ilusión óptica." En efecto, es frecuente la tentación de yuxtaponer los planos sincrónico y diacrónico en el análisis de determinados acontecimientos dados en el pasado, o de interpolar, sin solución de continuidad, juicios de valor basados en estructuras conceptual y valorativa de otras épocas, de donde resulta un producto historiográfico que es una reinterpretación actualizada del pasado o su adulteración descomunal. ¿Qué hacer entonces?

Las contradicciones insalvables del veleidoso caudillo Simón Bolívar I
por Félix C. Calderón

monumento bolivarNota de redacción
por Herbert Mujica Rojas


La feracidad intelectual creadora del embajador Félix C. Calderón comprobóse, una vez más, durante el primer semestre del 2005 con la aparición del pionero libro, tanto por el tema como por la desacralización que propuso, Las veleidades autocráticas de Simón Bolívar, Tomo I. La usurpación de Guayaquil. Ese ejercicio me tuvo como su "Coordinador editorial", pomposo nombre que no correspondió en realidad al modesto encargo de chasqui entre el autor y la imprenta que realicé. Y así ocurrió también cuando la concepción de la carátula, ideada por Calderón y que fuera transmitida a los artistas gráficos, dando por resultado la que hoy preside una rica colección que abarca cuatro tomos, el segundo de los cuales, La fanfarronada del Congreso de Panamá, vio la luz en abril de este 2007.

 
joseph dager

En la Universidad Católica

Nuestro país está siendo infiltrado por agentes chilenos que, valiéndose de sirvientes incondicionales, están tejiendo una red que busca dañar la identidad nacional y emprender una conquista cultural del Perú, trabajo realizado por Chile por décadas desde el término de la Guerra del Pacífico, pero que halló su punto máximo en 1985, durante el primer gobierno de Alan García, cuando se firmó en secreto un acta por la cual el Perú aceptaba falsificar la historia de la Guerra con Chile y presentar a nuestros escolares una versión prochilena de los hechos1.

 

Alan García: “¡Por Dios!, respetemos la historia”morrochorrillos
 

Nadie se ha burlado más de la historia del Perú que Alan García: durante su primer gobierno se firmó una repugnante acta para falsificar la historia de la Guerra del Pacífico1 y ahora acaba de entregar al hampón chileno que murió cuando la banda homicida chilena atacó Chorrillos2. Pero ahora García pretende presentarse como defensor de nuestra historia y dice que hay que conservar el terreno del morro de Chorrillos, donde están sepultados restos de combatientes defensores del Perú y de los criminales chilenos.

¡Los peruanos indignos!allan wagner
por Herbert Mujica Rojas,
19-10-2007

Ayer en La Primera, César Hildebrandt, en su vibrante artículo, Chile 4, Perú 0, recordó el abyecto prochilenismo rastrero de que hacen gala ciertos personajes públicos de recurrente y siempre mediocre presencia. Una cosa es el respeto a la convivencia de las naciones, a la forja y comprensión de la complementariedad que hay que mantener en equilibrio con la nación del sur y otra, muy distinta, la política de hinojos y servidumbre que muestran presidentes, burócratas, embajadores, militares, intelectuales, periodistas, etc. (con notorias excepciones, eso sí), cuya testa gacha es congénita y parte de su acción proditora. ¡Nada tiene que ver la altiva creación heroica de la patria con la absurda capacidad de quintacolumna y traición de algunos a lo largo de decenios desde el mismísimo 28 de julio de 1821! ¡El problema —a la par que tragedia, hasta hoy insuperable— siempre fueron los peruanos indignos y no los foráneos!

 

Traición de Alan García: devolvió hampón chileno en secreto
entierro hampon chilenoMientras Chile incurre en apología de crímenes de guerra

En medio de honores, Chile enterró a un hampón chileno que murió en Chorrillos en uno de los más negros episodios de la Guerra del Pacífico, donde se saquearon viviendas, se asesinaron civiles y se violaron mujeres, tras lo cual los criminales chilenos prendieron fuego a la hasta entonces hermosa villa de Chorrillos.