Historia, madre y maestra
La tragedia del 79
Alfonso Bouroncle Carreón, Lima, Studium
isla guanera


Guerra Perú-Chile. 21. La guerra inglesa. Una noticia halagüeña


De Inglaterra se nos dice que varios jefes de casas relacionados con Chile han hecho un fondo nada despreciable, i lo han invertido en armas para la guerra en que se debaten los derechos i el porvenir de Chile. Esas armas deben haber sido despachadas ya".

"Nuestros amigos de Europa nos envían, pues, los medios de vencer i de mitigar los sacrificios que cuesta la victoria. Con ello dejan empeñadas la gratitud nacional".

Historia, madre y maestra
La tragedia del 79
Alfonso Bouroncle Carreón, Lima, Studium

James Blaine
James G. Blaine
Guerra Perú-Chile 1879. 21. La guerra inglesa

"Chile jamás habría entrado una sola pulgada dentro de la guerra, si no hubiera sido por el respaldo del capital inglés" agregando: "era un completo error hablar de dicho conficto como de una guerra entre Chile y Perú. . . es una guerra de Inglaterra contra el Perú, con Chile como instrumento. . . Asumo la responsabilidad de esta afirmación". (46).

James G. Blaine, Secretario de Estado de los Estados Unidos en el año 1881 así se expresó en el Senado durante el mandato del presidente James A. Garfield.

 

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La tragedia del 79
Alfonso Bouroncle, Carreón, Studium, Lima

Guerra Perú-Chile 1879. 20 Chile, rapiña y orgía

rapin saqueo chilenos
La expedición chilena desembarcó el día 9 de marzo y después de ocupar el puerto se abrieron expediciones a Islay y Mejía desatándose en cada lugar el saqueo, incendio, destrucción y muerte sin que se respetara nada ni a nadie, en medio de una orgía de sangre y alcohol de la soldadesca chilena dirigida por sus oficiales que, con gran entusiasmo apremiaban el saqueo y devastación. El capellán J. Eduardo Fabres, chileno, que desembarcó el 10 de marzo, narra en "El Estandarte Católico" de Santiago en marzo de 1880: (43).

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La tragedia del 79
Alfonso Bouroncle, Carreón, Studium, Lima

Guerra Perú-Chile 1879. 20 Chile, espionaje y propaganda antiperuana
ojos criminales espia


El espionaje chileno en el Perú estuvo dirigido por sus cónsules y contaba con la colaboración de ciudadanos mapochinos que desde hacía muchos años, vivían en el país y los gastos que requerían eran sufragados por la casa inglesa Gibbs de Lima y sus sucursales en provincias.

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Diego Portales
Diego Portales


La tragedia del 79
Alfonso Bouroncle, Carreón, Studium, Lima

Guerra Perú-Chile 1879. 20 Chile


En Chile, los orígenes de la guerra de 1879 se encuentran en la acción política y de gobierno desarrollado por Diego Portales, periodista, ultraconservador y político que orientó su actuar en luchar contra el liberalismo de su país y como señala el historiador Mariano Felipe Paz Soldán, quien escribe: (39)

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Las veleidades autocráticas de Simón Bolívar
Tomo III, Descodificando la creación de Bolivia
por Félix C. Calderón

Lima, enero 2008

Capítulo V

El infortunio de Arica

El destino adverso del puerto de Arica, entrañablemente peruano, encuentra su origen en la confabulación de 1826 tramada por el dictador y declaradamente antiperuano Simón Bolívar, quien se vale del diligente cortesano, y godo de corazón, José María de Pando y usa como instrumento a Ignacio Ortiz de Zevallos (o Zeballos, según otros escritos), nacido en Quito en 1777, pero declarado peruano de nacimiento por el Congreso peruano bolivarista el 15 de febrero de 1825, para luego ser designado Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.

 

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Piérola IV

Manuel Gonzales Prada
por Manuel González Prada; Figuras y figurones, Obras, Tomo I, volumen 2, pp. 337-373, Lima 1986


IV

Y semejante hombre, empinándose más alto que Bolívar, se congratula de "haber construido el nuevo hogar del Perú".

Imaginar que se pega un tajo decisivo entre el pasado y el porvenir de una sociedad, que merced a unas cuantas leyes mal trasegadas se muda la condición mental de un pueblo, y que se amasa y se amolda a los hombres como si poseyeran la maleabilidad de la cera, es abrigar una concepción infantil de las cosas. Las aglomeraciones humanas no se parecen a bolas de billar que lanzamos con el golpe del taco ni a fluidos gruesos que adaptamos a la forma del recipiente: como los individuos, las colectividades poseen su yo más o menos reductible. Para modificar a un pueblo se necesita modificar a los individuos, no sólo intelectual y moralmente, sino de un modo físico. ¿Qué higiene o qué medio de obtener una alimentación sana y barata nos ha dado Piérola? ¿Qué escuelas ha fundado? ¿Qué lecciones de moralidad nos ha ofrecido? El constructor de hogares nuevos no puede ni siquiera ofrecérsenos como ejemplo de buen esposo, desde que ha vivido y vive en el seno de la lubricidad, considerando las puertas falsas como resortes de gobierno, el proxenetismo como institución social y la cantárida como indispensable colaborador político.

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Piérola III
aves guaneras

por Manuel González Prada; Figuras y figurones, Obras, Tomo I, volumen 2, pp. 337-373, Lima 1986

III

¿Se dirá que el hombre antiguo, el Piérola de 1880, no debe igualarse al Piérola de hoy, instruido ya con su larga residencia en Europa y amaestrado con las lecciones de la experiencia? Así lo piensan muchos, resignándose a que el Perú haya sido un ánima vili o mandíbula de muerto donde un aprendiz de sacamuelas ensaya sus tenazas y adiestra sus manos. De modo que gastamos el oro, vertimos la sangre y perdimos la honra para que un buen señor se perfeccionara en el arte de gobernarnos. ¿Lo hemos logrado?

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Piérola II
Nicolas de Pierola
por Manuel González Prada
; Figuras y figurones, Obras, Tomo I, volumen 2, pp. 337-373, Lima 1986


II

Aunque la fisonomía del hombre quede ya esbozada en sus rasgos característicos, debemos acentuarla más: no importa recargar las líneas o incurrir en algunas repeticiones.

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Nicolas de Pierola


Piérola I
por Manuel González Prada; Figuras y figurones, Obras, Tomo I, volumen 2, pp. 337-373, Lima 1986

Por más que los europeos nos miren retratados en libros y diarios o nos vean desfilar en caricaturas y sainetes, nunca se formarán una idea precisa del ambiente que respiramos ni se imaginarán con exactitud a los hombres que nos gobiernan.