La infección previa por COVID-19 es tan efectiva como dos dosis de una vacuna de ARNm para prevenir la reinfección y enfermedades graves, señala un estudio realizado por el doctor Christopher Murray, con la financiación de la Fundación Bill y Melinda Gates
Como se recuerda, la obligación de vacunación causó el despido de miles de trabajadores, The Lancet informó que la inmunidad natural es tan efectiva como dos dosis de Moderna o Pfizer para prevenir tanto la reinfección como la enfermedad grave de COVID-19.
Los hallazgos se basaron en una revisión de 65 estudios separados de 19 países diferentes.
Aunque la protección contra la reinfección de todas las variantes disminuye con el tiempo, nuestro análisis de los datos disponibles sugiere que el nivel de protección brindado por una infección previa es al menos tan alto, si no más alto, que el que brinda la vacunación de dos dosis con ARNm de alta calidad. vacunas, indica el informe.
Los investigadores consideran el hallazgo positivo, pues la protección contra enfermedades graves y la muerte después de la infección es bastante sostenida a los 10 meses. El estudio respalda la idea de que las personas con una infección documentada deben ser tratadas de manera similar a las que han sido completamente vacunadas con vacunas de alta calidad, según los investigadores.
Sin embargo, muchos de los que perdieron trabajos, se pelearon con amigos o fueron ridiculizados como antivacunas simplemente por expresar escepticismo sobre la efectividad de las inyecciones, están furiosos por los hallazgos.
Lamentablemente esto se confirma tras mucho daño, como despidos, ridiculización contra los antivacuna, lo cual ha indignado a muchos.
“El nivel de protección que brinda una infección previa es al menos tan alto, si no más, que el que brinda la vacunación de dos dosis con vacunas de ARNm de alta calidad”, asegura el informe, pero “El problema de decir ‘Me voy a infectar para obtener inmunidad’ es que podrías ser una de esas personas que terminan en el hospital o mueren”, comentó el autor principal del estudio.
Según los hallazgos de The Lancet, la protección contra la reinfección de la cepa original de COVID, así como las variantes alfa y delta, se situó en un promedio del 78,6 % 40 semanas después de la infección inicial. Sin embargo, la protección contra la reinfección por la variante omicron disminuyó más rápidamente y se estimó en un 36,1 % a las 40 semanas.
Mientras tanto, la protección contra enfermedades graves (es decir, hospitalización o muerte) se mantuvo alta en todas las variantes, en más del 88 % 40 semanas después de la infección inicial.
Los autores del estudio escribieron que sus hallazgos podrían tener un impacto en la formulación de políticas futuras, lo que podría poner fin a la rigidez de los mandatos de vacunas.
“La inmunidad conferida por una infección pasada debe sopesarse junto con la protección de la vacunación al evaluar la carga futura de la enfermedad por COVID-19, brindar orientación sobre cuándo las personas deben vacunarse y diseñar políticas que exijan la vacunación de los trabajadores o restrinjan el acceso”, escribieron.
Caroline Stein, una de las autoras del estudio, afirmó que “los tomadores de decisiones deben tener en cuenta tanto la inmunidad natural como el estado de vacunación para obtener una imagen completa del perfil de inmunidad de un individuo”.
“Dado el impacto a largo plazo en su cuerpo, probablemente sea mejor evitarlo siempre que sea posible”, escribió uno en Twitter, lo que implica que estaban felices de seguir recibiendo refuerzos para permanecer protegidos.
Solo el 16 % de la población de los EE. UU. ha recibido la dosis de refuerzo actualizada de las vacunas contra la COVID-19. Mientras tanto, solo el 69% de la población ha completado una serie primaria de vacunas.
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